jueves, 23 de junio de 2016

ABUELOS-HIJOS-NIETOS

Hola!

Pues sí. He tardado mucho en volver. No ha pasado nada en realidad, pero me vuelan las semanas y no veo el momento de echar este ratito.

Hoy quiero escribir acerca de la relación abuelos-hijos-nietos. Porque esta semana me ha pasado una cosa (que ya es la segunda vez que me pasa) que me hace reflexionar sobre este tema.

Ese triángulo emocional a veces es verdaderamente dañino. No les quito culpa a los abuelos, que algunos queriendo y algunos sin querer, alimentan con sus actos esa tensión que se crea a veces entre padres de las criaturas (sus nietos) y ellos. Pero a veces los padres, cuando tenemos hijos pequeños, nos volvemos gilipollas. Así. Tal cual.

Esa señora que viene a la farmacia y, sin pedírselo, empieza a vomitar todo lo que lleva acumulado dentro de su alma. Conozco 2 casos de mujeres (casualmente) a las que les han vetado como abuelas. 2 casos diferentes, pero que en el fondo, son iguales. La última en concreto explicó que no pueden hacer nada, pero nada, en lo que se refiere a su nieto, sin pedir permiso antes. Permiso para dar un chupa-chup (niño de 4 años), permiso para comprarle una pelota, permiso para comprarle una camiseta.....permiso, permiso, permiso. Y muchos actos son desaprobados por su nuera. El niño no puede tocar el tambor, el niño no puede saltar en la cama, el niño no puede recorrer el pasillo con la moto de plástico......todo esto ¡en casa de sus abuelos! Y ¿por qué? Porque no es su manera de educar....

Esas mujeres que no pueden ejercer de abuelas en libertad viven en un constante sufrimiento. Sí. Y esas situaciones incómodas desembocan en que no pueden ver a sus nietos con la frecuencia que desearían. Se va creando un distanciamiento que, para ellas, es como si tuvieran una daga clavada en su corazón. Y cada vez se va clavando más y más y más....

Cuando yo tuve a mis bebés, habían cosas que me daban especial rabia. Sí. Me daba rabia que cuando venían a verlas y estaban dormiditas en su cunita, no tenían ningún reparo en despertarlas para cogerlas en brazos un ratito. Me daba rabia que les compresen ropa que yo no les podría jamás. Me daba rabia que les dieran a probar alimentos que no tocaban. O lo típico que hay un pastel y les ofrecen nata o chocolate cuando son bebés... Sí. Me daba rabia. Pero nunca se me ocurrió anular a nadie. Nunca se me ocurrió poner distancia. Nunca.

Cuando los niños crecen las abueladas van cambiando. Y ya no te parecen tan graves. O al menos a mi.... Mi madre, para navidades se harta de comprar monedas de chocolate, paraguas, figuras de reyes, bombones....Compra tanto que le dura hasta el mes de Abril!!! Y las niñas cada vez que van a su casa, salen de ella con alguna chuchería. ¿Lo haría yo esto? ¿Las estaría atiborrando de chocolate? NO. Pero no por eso voy a desterrar a mi madre....¿Estamos locos? Preguntémonos: ¿Tan grave es? ¿De verdad? Podemos vivir sin que estas cosas sean una catástrofe familiar ¿verdad? Pues hay gente que está dispuesta a cortar relaciones por motivos así. Lo veo. Y me parece fatal.

Los abuelos tienen que hacer de abuelos. Los padres de padres. Y los niños de niños. Siempre habrá casos en los que haya que intervenir de un modo u otro, pero a veces llevamos las cosas a unos extremos insanos...esa es mi conclusión.

Bueno, espero volver más a menudo.
Buena verbena de San Juan!